Son albañiles, electricistas, profesores de Universidad, empleados de banca. Los hay que son ex presidiarios o sin techo, incluso. Pero en cinco semanas, el periodo que dura su instrucción en España, se convertirán en auténtico soldados que viajarán al frente a defender su país. Es la realidad y la crudeza de la guerra de Ucrania. Todas las ayudas son pocas para intentar frenar el avance ruso. Por eso, voluntarios y reclutas aprovechan los conocimientos que les brinda el ejército español en una formación que se lleva a cabo la Escuela de Infantería de Toledo y en la que Valladolid es protagonista por derecho propio.
Se trata de la Operación EUMAM UA de la Unión Europea en apoyo al ejército ucraniano. En España desde 2022, las fuerzas armadas ya han reconvertido a más de 6.000 civiles en nuevos soldados, que inmediatamente entran en combate. En los últimos seis meses, más de un centenar de militares del Regimiento Farnesio número 12 de Valladolid han sido los encargados de la instrucción de cerca de 800 personas.
Tribuna Valladolid ha tenido la fortuna de viajar hasta la ciudad de Toledo para comprobar de primera mano cómo es la formación de los nuevos soldados ucranianos y cómo se ha desarrollado esta misión, que los vallisoletanos tildan de "especial" en su carrera militar. "El Regimiento de Caballería Farnesio, con sede en Valladolid, recibe el cometido de constituir tanto el cuartel general que está en Burgos, como la unidad de formación de combate que está en Toledo", asegura el teniente coronel Roberto Moreno, jefe de la unidad de formación de combate en la Operación de la Misión Europea de Asistencia Militar a Ucrania.
"Hemos instruido casi 800 militares ucranianos, proporcionándoles la formación básica y sanitaria de combate, transformando 800 civiles en nuevos soldados", manifiesta el teniente coronel del Regimiento de Caballería más antiguo del mundo, que durante seis meses ha desplegado en Toledo un total de 131 militares.
Amanece sobre esa ciudad que es crisol de culturas. Toledo cuenta con unas excelentes instalaciones en su Escuela de Infantería y en el campo de maniobras Los Alijares, donde existen zonas urbanizadas, campos de tiro, sistema de alcantarillado para combate subterráneo, trincheras... Allí es donde se realiza la formación de los nuevos soldados ucranianos.
Laura Hergueta, capitán de la Unidad de Formación de Combate, habla de la instrucción básica que se les proporciona: "Desde cómo coger un arma, moverse por el campo de batalla, asaltar una trinchera, cruzar una zona urbanizada, hasta una formación de apoyo sanitario para afrontar con garantías un combate".
Todos coinciden en la "enorme motivación" con la que cada día afrontan sus jornadas de instrucción los nuevos soldados ucranianos. Por razones de seguridad, Tribuna no puede hablar con ninguno de ellos, ni ofrecer imágenes en el que se les pueda reconocer su identidad. Pero los militares vallisoletanos relatan su experiencia. "Su nulo conocimiento en la técnica militar lo suplen con las ganas, la garra y el coraje que tienen por defender a su país", dice el cabo primero Luis Garay Téllez. "Son muy agradecidos y se ha creado una estrecha relación con sus instructores", señala el soldado Mezquita. "Es una misión que nos está llenando", asegura el teniente Pablo López.
Durante estos seis meses, los instructores vallisoletanos se convierten en una suerte de ángeles de la guarda de los futuros combatientes ucranianos. En su mano está, de alguna manera, la supervivencia de los nuevos militares el éxito de su supervivencia en el campo de batalla. Y en el documental que ha rodado Tribuna Valladolid se recogen algunas de estas experiencias. Es el Regimiento Farnesio 12. Maestros de la guerra
